miércoles, marzo 09, 2005

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Sólo puedo pensar en el paréntesis que haré el sábado que viene. Un paréntesis de media hora gracias a que mis adorables amigas me regalaran para mi cumpleaños una sesión en un spa de la ciudad. Me van a toquetear toda la espalda y las piernas, y yo... con mucho gusto me dejaré, mientras tumbada en una camilla y untada de toda clase de barros y cremas, disfruto de mi momento. No me podían haber hecho un regalo más perfecto.
La cita: el sábado al mediodía... ¡cómo pensaré en ellas! o no... quizá no piense en nada...