jueves, febrero 10, 2005

LAS RAMBLAS

Las Ramblas de Barcelona es un sitio que me encanta. Tiene algo especial que creo que sólo la gente que vive aquí durante años, puede apreciar. A siemple vista, es una simple calle, pero todo lo que esconde es mágico. Y esta magia se hace más grande si te acompaña otra persona que lo siente como tú, que ama el casco antiguo de Barcelona, aunque la ciudad es sí no es de sus favoritas.
Esta misma sensación, pero desde el ático, he podido comprobar hace unos minutos: paseando, conversando y, lo mejor: cenando en un restaurate con vistas a esta variopinta calle, mirando directamente a las Ramblas. Y no se trata de una terraza, no; se trata de un ático. A vista de pájaro hemos estado contemplando cómo pasa la vida, cómo la gente camina, deprisa, las sirenas pitan, los coches se detienen... mientras nosotros, sólo contemplábamos la escena, como en una pantalla de plasma. Viendo la vida pasar...
De pasar del olimpo de los dioses, hemos pasado a la vida terrenal, sí, a pisar de nuevo las Ramblas, pero con gusto, con un breve paseo y con la sensación que deja Baco después de un buenísimo vino blanco. Es entonces cuando olvidas el trabajo, las horas de preocupación, las cosas por hacer... Simplemete, disfrutas.
Me ha invitado, y es que ya sabe él lo que me ha gustado todo este detalle, porque al fin y al cabo, era un sorpresa: mesa para dos mirando a la Ramblas desde un ático...
Y es que sólo le falta una novia para que la cuide tanto como a mí, aunque... quizá ya no lo hiciera tanto.... Mmmm, estamos bien así.
Ya lo sabes... así que... no te lo digo...